Todo era extraño en ese momento,
los gritos, el aroma a pólvora…aún continuaban oyéndose el disparar de las
armas a lo lejos. Rebeca ni siquiera supo, en ese momento que ocurría…hacía
unas horas, se encontraba en la Plaza de
las tres Culturas…exigiendo al gobierno por el respeto a sus derechos, junto a sus amigos y compañeros de
la Universidad… repentinamente se
escuchó algo como un “cuete”, pero más fuerte, que provocó que todos se estremecieran…fue el instante en que todos se
dispersaron, buscando un lugar donde guarecerse…lo
que en inicio parecían juegos pirotécnicos era
sonido de las armas que disparaban y lo hacían contra aquel grupo.
Nadie podía ubicar de donde venían los
disparos…no se veía gente con uniforme, entonces ¿quién estaba disparando? Entre
el caos Rebeca se separó del grupo, su corazón latía con gran fuerza, y apenas
podía respirar…a lo lejos vio que llegaban los tanques…si los militares se
estaban presentando en aquel lugar…
En un instante, tal vez, tratando
de evitar, lo que ocurría a su alrededor, se transportó a la reunión en donde,
hacía unos meses, le presentaron a un joven cadete del Colegio Militar…él era alto y muy guapo, sus
miradas se cruzaron con esa chispa candente que se da entre quienes “se gustan”…recordó
que estuvieron charlando y…
Algo golpeó su cuerpo y la trajo
de nuevo a la realidad…a sus pies estaba una chica herida…gritó, pero nadie parecía
escuchar…sintió como alguien la sujetó con gran fuerza por el brazo…Rebeca
pensó que era su fin…cerró los ojos, no quería mirar, pero tenía que hacerlo,
vería el rostro de quien acabará con sus 20 años de vida…poco a poco, los fue abriendo y pudo identificar el rostro de Pablo, ahora
subteniente…